Los queloides son más grandes que las cicatrices hipertrópicas. Pueden ser dolorosos o picar, y también pueden fruncirse. Se extienden más allá de los bordes de una herida o incisión original. Los queloides pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero se desarrollan con mayor frecuencia donde hay poco tejido graso subyacente, como en la cara, el cuello, las orejas, el pecho o los hombros.